¡Oh qué pena! Última entrada del curso. Ya se acabaron las
clases. Todas estas frases son las más repetidas y vistas cuando corregí los
blogs de mis compañeros. Pero a mí no me da la gana despedirme de esa forma. Mi
despedida será diferente pero no lo haré ahora, porque las despedidas siempre
se hacen al final y no al principio.
Hoy voy a hablaros de la conferencia que nos dio Alberto
Pérez el miércoles. En primer lugar decir que si no la he escrito antes ha sido
porque me parecía bien dejar para el final esta conferencia y así terminar por
todo lo alto.
Antes de explicaros la charla seré sincero. Yo mi primera
impresión cuando nos dijo MJ de ir a ver
una charla fue que iba a ir porque seguro que ayudaba para la nota y mejor que
quedarme en mi casa. Pues por ir, nada malo iba a pasar. Pero lo cierto es que,
no sabía yo que me iba a entretener tanto. Es decir, todos los proyectos, las
ideas que nos transmitió fueron una fuente de sabiduría excelente. Al final me
voy a aficionar a esto de las conferencias.
Y me parecía escuchar en un momento que iba a ver segunda
parte, así que MJ espero que por lo menos a mí me avises de esa segunda parte.
Estaría encantado de poder asistir.
Y sin más dilatación, no me enrollaré más y comenzaré de qué
trato esta conferencia. Sí habéis leído con atención ya os habréis podido hacer
una idea de lo que trató. Venga, te dejo un ratito para que lo busques. ¿Ya? ¿Sí?
Pues en efecto trata sobre los proyectos e ideas sobre educación que Alberto
utiliza en su clase de infantil en un colegio público de Getafe.
Como crítica personal, me gustaría decir que si analizamos,
observamos que entre la educación pública y la educación privada tienen muy
poca diferencia, puesto que es el profesor quien pone la diferencia y no el
centro.
Bueno vamos a comenzar y de una vez a explicar en que ha
consistido esta charla que al final vamos a escribir un libro y todo como me
ponga aquí a charlar. Aunque tampoco es malo, esto quiere decir que me siento
cómodo escribiendo y publicando.
Nada más comenzar la charla Alberto nos dio un libro, pero
no fue un libro cualquiera. Era un libro artesanal, que nos dijo que lo miremos
y que lo analizásemos a ver que podíamos deducir. En mi opinión, lo primero que
pensé fue en el libro que leímos de “Los dibujos de los niños”, sobre las
formas, esa evolución del dibujo, la diferencia entre etapa pre-esquemática,
esquemática y todos los conceptos aprendidos.
Era un libro que hacían los niños cuando alguno de sus
compañeros cumplía años, pintaban un retrato de él según creían. Era un muy
buen regalo de la clase para él y para el profesor es una muy buena herramienta
para saber que alumnos son los más aventajados, maduros, etc. Igual que hemos
visto en el libro leído por nosotros, se aprecia una muy clara diferencia entre
los niños de Enero y los niños nacidos en Diciembre. Según nos dijo Alberto hizo
hincapié en este tema de diferencia de edad colocando los retratos de los niños
de los más mayores a los más “enanos”.
La principal idea que caracteriza a todos sus proyectos con
los niños tiene que ver con el aprendizaje de los niños. Y según Alberto
siempre tiene que ser el niño el que se a protagonista de su aprendizaje, nosotros
darle las herramientas y que el manipulando, interactuando, pensando, creando
sea el que aprenda de manera libre y autoritaria.
Nunca, nunca tienen que caer en la rutina, y hacer lo mismo
en clase. Es decir, siempre tienen que realizar trabajos nuevos, novedosos y
aprendizajes. Así, nos aseguraremos del pleno rendimiento del alumno en su
evolución total plena y absoluta.
Como hemos venido diciendo hay que darle libertad a la hora
de dibujar para que ellos mismos aprendan. Esto lo podemos apreciar en que a la
hora de trabajar con ceras blandas o temperas, pueden aprender valores como la
limpieza y el cuidado, al ser estas demasiadas sucias a la hora de utilizarlas.
Para buscar la máxima motivación posible en los niños, hay
que intentar hacer las cosas lo más real posible. Esto, lo podemos ver en el
libro de cumpleaños mencionado anteriormente, como tienen hasta una editorial y
todo. Inventada por los niños, pero oye algo es algo.
En la segunda parte de la conferencia, nos habló más
personalmente de una niña en especial. Su nombre era Natalia y quiso resaltar
que era una niña de diciembre, que unida a que es bastante tímida hacen una
bomba muy difícil de desactivar para el profesor. Pero Alberto consiguió que Natalia
evolucionará y en los dibujos que nos enseñó de ella, se aprecia una clara
evolución en un muy periodo de tiempo muy breve (en los 3 años).
Otro aspecto que Alberto quiso resaltar fue que mediante un
trabajo en el entierro de la sardina, los niños escribieron aquello que no querían
que les pasara. Por ejemplo, no hacerse pis, o cosas por el estilo. En ese
momento en el que lo estábamos leyendo, me di cuenta de una cosa bastante
grave, aunque no lo parezca tanto. Y es que, ¿hay demasiada violencia en las
aulas? ¿No queremos verlo o realmente no lo vemos? Para mí, personalmente, creo
que aunque sean niños y no se puedan hacer excesivo daño, pero tenemos que
controlarlo, ya que en un futuro puede sr mucho mayor el problema.
Para terminar, fue una charla bastante interesante y que nos
dejó una idea muy clara que podemos resumir en una palabra: libertad. Libertad
para el niño, libertad de material, de pensamiento, de creación que ellos mismo
se den cuenta y aprendan de sus errores.
Ha sido un placer escribiros, yo por lo menos,
pensaba que era una asignatura que no valía para nada, y al principio me sentía
un poco estúpido porque no veía que estaba aprendiendo nada, pero el final de
la asignatura y esta charla, me ha ayudado mucho para certificar que lo mejor
que puedes hacer es el dibujo para que adquieran los conocimientos.
Y como lo prometido es deuda me despediré con una frase
mítica de mi infancia. Recordando al gran Héctor del Mar: “Aquí estoy porque he venido, porque he venido aquí estoy, si no le gusta mi canto, como he venido, me voy.”
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